
Será cierto eso de que nunca llueve a gustos de todos y, acostumbrados a tomar el sol en pleno enero, ahora con estas aguas, nieves y fríos nos hemos tenido que hacer a la idea y guardar los bañadores hasta cuando toque. Así que a sacar las ropas de abrigo, bufandas, guantes y gorros de lana, encender chimeneas o calefacción, preparar buenas sopitas y cafés y dejarnos de tanta queja, que estamos en invierno y esto es hasta normal, aunque hayamos perdido la costumbre.
Además, habrá algo mejor que arrimarse a la parienta o el pariente, según, disfrutando de eso del sudor de pecho ajeno, que todo lo cura, bajo el nórdico, sobre la alfombre o incluso aprovechando el pollo de la cocina y el calor del termo encendido, antes de una buena y calentita ducha. Aprovechen coño!
(Por cierto, esa foto es una que hizo mi hermana en las cumbres de Gran Canaria)
Chaaaaacho, ni tanto ni tan calvo querio
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