
Tras recibir esta fotografía, recuerdo de la visita a mi pueblo y a tu a casa (que he recortado por razones obvias) solo tengo que decirte que no estaba dormido ni dormitando o en brazos de Morfeo alguno.
Simplemente meditaba sobre la cría del cangrejo de río o la conveniendia o no de levantarme justo en ese momento abandonando el bienestar de aquel tu sillón y vuestra compañía.
Aunque llego a imaginar que sería objetivo de tu cámara e imagino risas posteriores y te aseguro que nunca habría adoptado postura tan típica para quienes meditamos transcendentalmente tras un buen almuerzo.
Más nunca... desde luego... Gracias tu!
hasta con los ojos cerrados estas guapo. besos Tere ms
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