Desanimo y cansancio

“Entre todos los mataron y él solo se murió” podría ser el resumen de estas últimas jornadas en pos de un documento, por lograr unas perras, soltar unas cajas o simplemente poder descansar sin más intención que desconectar un momento. A ratos me caigo sin pasar de la rodilla en tierra pero con ganas, sinceramente, con muchas ganas, de acabar con toda esta locura y tanta locura pendiente.

Para colmo, en esos mismo momentos en los que no logro descansar, por aquello de desconectar un rato y disfrutar simplemente un cigarro de principio perdiéndome en el humo y sus formas mientras se pierde, me ha dado por hacer un breve resumen de estos últimos días llegando a la triste conclusión de que nadie, absolutamente ningún compañero de trabajo, camarada de ideología o conocido, más o menos conocido, ante el anuncio, casi despedida, por mi marcha me ha dedicado otra que no sea un reproche por el trabajo que se supone queda por hacer, los objetivos pendientes o el cargo de conciencia por abandonar el proyecto.

Nadie, ni el conocido más cercano, casi amigo, simplemente me ha deseado lo mejor y ofrecido su apoyo ante cualquier contratiempo y, francamente, me estoy planteando simplemente dejar los anuncios de partida y las despedidas precoces con tal de, cuando menos, no recibir tanta crítica y malas caras. Pena, penita, pena.