En estas noches de “relajo” me planteo la suerte que tengo justo en estos momentos... En casa, cerca de mi casa pero sobre todo en mi tierra. El Padre mejor y mas animado a pesar de perder hasta la palabra –a veces sus miradas son suficiente-. La Madre... La Madre, sigue viva, en su mundo, en este mundo y a pesar de todo sigue siendo un gustazo verla a pesar de perderme en su mirada sin que tan siquiera me mire.
Pero estoy en casa y eso no tiene precio a pesar de todo. Además estos días tengo a mi hija conmigo y a D. Pipo recién pelado, casi esquilado, mas fresquito que nunca disfrutando de cada paseo e incluso de sus peleas con los gorriones que descaradamente le roban la comida. Vamos que esto es un gustazo y a disfrutar que son dos días...
Después de todo estamos vivos, sigue amaneciendo y nada comparado con poder disfrutar hasta las patadas de la vida aprendiendo a esquivarlas día, benditos días, a día. Sin quejas y sin novedades por estas tierras, benditas tierras del sur, sin panderetas ni castañuelas.
¡¡Cuídate y cuídala!!
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