...solo pienso

Aunque la verdad es que estoy cansado de tanto pensar, de darle vueltas al tarro –que dicen ahora- de “comerme el coco” y, sobre todo, intentando adivinar cuando puñetas yo dejé de ser yo mismo. Porqué razón que no alcanzo a recordar cuando y como perdí mi yo mismo, sin reconocerme casi a estas alturas de la película o quién demonios ha cambiado el guión de ésta sin tan siquiera consultarme.

Lo cierto es que, de unos años a esta parte, quizás por el desengaño de mano de antiguos “compañeros” -algunos incluso se quejaban cuando decía que eso de la amistad es algo muy serio para “colgarle” esa etiqueta a cualquiera- de la “empresa” para la que trabajaba, en la que dejé las pestañas, parte de la vida y muchos momentos ahora si valor alguno, pasando de recuerdos a simples anécdotas. Quizás por aprender recientemente a hablar, expresar cuanto siento y decir cuanto pienso. Quizás por cualquiera sabe cuantos quizás, lo cierto es que “me siento más perdido que un pulpo en un garaje”.

El consuelo es que sigo aprendiendo, cuan perro apaleado, pero aprendiendo de tanto cuanto nuevo conozco, de cuantas gentes me cruzo, de cuanto cuento me cuentan. Sigo aprendiendo incluso a seguir aprendiendo –y perdona el juego fácil de palabras- de cuanto nuevo, ya vivido o antiguo. De todo esto solo lamento lamentar cosas que ni siquiera recuerdo o recuerdo archivadas en la experiencia y, porqué no, en el olvido.

Está claro que esto de pensar demasiado no es nada bueno y, al final, te pierdes cuanto pasa ante ti, manteniéndote un tanto alejado de la realidad. Pues a dejar de pensar y a seguir aprendiendo; total para tres días que estamos por este barrio!!...