- Pan de barra, preferentemente del día anterior (cortado a rebanadas de 1 cm + o -)

- 1 copa de Vino Moscatel
- 1 copa de vino Fino
- Miel
- Agua
- 4 Huevos
- Aceite de Oliva
La elaboración es muy sencilla.
En 2 recipientes viertes: (1) las copas de los vinos relacionados y misma cantidad de agua. (2) Los 4 huevos completos y batidos. (3) Preparas una sartén con el aceite de oliva, aproximadamente 1 dedo de fondo y la pones a fuego medio. (4) Un Cazo con miel y agua, a fuego bajo.
Ahora comenzamos, las rebanadas de pan, -mejor del día anterior para evitar que se deshaga al mojarlas en tanta cosa- las bañas en esa mezcla de vinos, casi sin escurrir, las pasas al huevo batido dejándolas que se mojen bien. Cuando tengas el aceite caliente, pasas las rebanadas, ya bañadas en el vino y el huevo, vigilando se hagan bien por las dos caras, sin ennegrecerse o quemarse. Las sacas y las dejas escurrir sobre un plato o bandeja con una base de papel absorbente.
Por último, cuando tengas el cazo al fuego con la miel bien licuada –esto de poner al fuego la miel es para licuarla y lograr un buen baño del pan- bañas las rebanadas fritas y escurridas del exceso de aceite, dejándolas “en su baño” hasta que se empapen de miel...
Del cazo al plato y del plato, frías, a comer. ¡Cosa rica oiga! Si las haces bien, quemas algo de incienso mientras las comes y cierras los ojos, será como estar por estas calles esperando el paso de las procesiones... Bueno, mas o menos!
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