... que no te haya contado ya! Como canta Julio Iglesias, "...la vida sigue igual..." y, en este caso, tampoco es mala señal!
Igual de parado aunque con el mismo ánimo y, ya puestos, las mismas ganas que cuando llegué, optimismo y, si cabe, mas contento con cada paseo por estas calles, de estar en mi pueblo. Después de todo llegar hasta aquí, regresar a casa, me ha costado casi 30 años que no son nada.
En estos últimos días, algo mas contento, después de la llegada de mi hija, María -ya sabes- esta vez segura de quedarse o, cuando menos, sin billete de regreso -aprovechando las últimas horas en compañía de su amiga "Canariona", Eva, antes de regresar a Las Palmas tras estos diez días con nosotros-. Lo peor está por llegar cuando tengamos que repartirnos "las obligaciones del hogar" -que cursi- basando las suyas, exclusivamente, en los estudios, su higiene personal y el orden en su espacio. Ya está matriculada en un instituto muy cercano a nuestro actual hogar y solo resta, además de lo referido, los libros y cuanto material precise -y podamos adquirir- para el mejor desarrollo de "su trabajo".
Por lo demás, poco más te puedo contar que no imagines. Los días se me vienen encima como losas de piedra que parecen quererme enterrar en una realidad que me niego a asumir, quizás por eso del paro, intentando "safar" a todos cuantos me importan, Mariajo, María, padre, etc, de esos estados temporales de cabreo, o mejor desesperanza, cada vez que sumo tantas horas cuantas llevo sin lograr, cuando menos una simple entrevista de trabajo o poder demostrar que realmente merezco la pena. Por último, cada vez que remito una inscripción a alguna oferta de trabajo por Internet, en eso de las observaciones o carta de presentación, me ha dado por sincerarme firmando con esta, casi sentencia: "...igual mi edad le puede parecer un handicap, pero en realidad supone madurez, seguridad y experiencia, y todo, por el mismo precio...".
...el ojo? de mis historias por el S.A.S. y sus centros?... Me había olvidado! AL final, después de la última visita al H.U. de Puerto Real, tras repetir de nuevo la misma historia, me atendió por primera y última vez, la misma especialista que la vez anterior -hasta ese momento había pasado por las manos de distintos médicos de la cosa, tantos como uno por cada visita- y ésta sentenció que me había quedado una cicatriz "para los restos" recetándome un colirio en gotas "refrescantes" a discreción, "para los restos". Ella misma fue la que, en "nuestro primer encuentro" me preguntó si ¿...me había clavado una rama en el ojo...?. Sin comentarios. Como ya sabrás, ya recuperados, olvidamos lo pasado, así que pelillos a la mar!
Después de todo, estoy en mi Pueblo, por fin en casa...
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