Para comenzar bien...

Sin ánimo de dar clase alguna, ni consejo, experiencias o enseñanza de ningún tipo, hoy te haré, eso si, un regalo que por su tamaño no he podido envolver, por su fragilidad es posible lo rompa y por su naturaleza, mejor te lo dejo aquí por si te interesa recogerlo... -que cursilada Madre!-

"Todo comienza con una presentación de esas que todos recibimos por e-mail en la que se cuenta como alguien, mientras espera, decide hacerlo leyendo un libro y, tras comprar un paquete de galletas, acompañar la lectura con éstas. Y así, se sienta, abre su libro y comienza a comer sus galletas hasta que, otra persona que se sienta a su lado, comienza también a comer las galletas. -Que descaro, pensó... y continuó con su lectura. Ella cogía una galleta y, sin pedir permiso ni comentar nada, la otra persona también cogía una galleta... -Pero que cara dura, pensaba aumentando su enfado... Prefirió no decir nada, observando casi de reojo como ella cogía una de las galletas y la otra persona, casi imitándola, hacía lo mismo, sin  decir, comentar o escusa alguna.

Al final, cuando solo quedaba una galleta, mientras ella la miraba, la otra persona la tomo, la dividió por la mitad entregándole a ella una parte y comiéndose la otra mitad. -Es el colmo, que poca vergüenza, pensó airada mientras se levantaba de su asiento, alejándose de la sala de espera muy enfadada. Ya en el asiento de su coche, mientras rebuscaba en el bolso, encontró el paquete de galletas que ella había comprado... ¿Pero...? Entonces recordó que ese era su paquete de galletas, el que ella había guardado en su bolso mientras se dirigía al  asiento en la sala de espera, dándose cuenta que, en realidad, era ella quien se había comido las galletas de la otra persona, sin que ésta hubiera dicho palabra alguna ni dado muestra de enfado o sorpresa... Regresó a la sala de espera pero, como bien habrás supuesto, la otra persona ya no estaba ni la pudo localizar para, cuando menos, disculparse por su actitud o explicar lo sucedido.

Ahora, las frases lapidarias propias de los cuentos con moraleja:
"Hay cuatro cosas que jamas podremos recuperar -yo creo que son más, pero....- a saber:
- Una piedra, después de haberla tirado... así que ya sabes, ata bien las piedras antes de tirarlas!
- Una palabra, después de haberla dicho... los mudos y los políticos no tienen este problema, los unos no hablan y los otros siempre tienen que decir = mentir!
- Una ocasión, después de haberla perdido... depende de la ocasión, igual te has hecho un favor!
- El Tiempo, cuando ya ha pasado"... a no ser que recuerdes ponerte la alarma, el despertador!

Aprovechado esta última, la del tiempo, me voy para ver pasar a los Reyes Magos en su Cabalgata Infantil que, quién sabe, igual pasan lista y no me dejan lo que les he pedido... Un Trabajo!