No te lo quería contar porqué, la verdad, no tengo el alma para más penas ni fiestas, pero, además de lo ya "narrado del cuasi" final de jornada, al llegar a casa y antes de la novedad sobre el aparato de TV (ya sabes el que se ha escoñao, que me compré en Las Palmas, tras la separación de la mamá de María, hace casi 6 años, el mismo que se vino desde Canarias hace ya 3 años, ¡como pasa el tiempo!...y es que ya no hacen las cosas como antes!)... Pues te decía que nada más abrir la puerta, lo primero que vi fue un cachorro de perro en los brazos de mi hija, negro, con una mancha blanca en el hocico, que comenzaba a agitar la cola dándome una bienvenida...
Cuantos recuerdos y cuantos recuerdos llegaron de pronto, de golpe, en cuestión de segundos... cuanta alegría y tanto dolor que... bueno prefiero dejarlo en una narración simple, sin detalles que no harían mas que doler y abrir viejas "cajitas de pandora"... Me he sentido muy orgulloso de mi hija, María, cuando, tras contarme lo ocurrido y como "él" llegó a casa me dejó claro que en menos de una hora "él" saldría de casa, no sin antes llevarlo al veterinario para buscarle "el chip" y, en caso contrario, dejarlo en ese centro o buscar donde lo acojan... Y así ha sido "a pesar de todo"...
Cuanto hijo de puta malnacido comparte el mismo aire que esos pobres animales que solo buscan cariño a cambio de tan poco para ellos... (ahora me explayo) ¡Maldigo a tanto "animal racional" cabrón, hijo de puta (ya lo dije, pero más aún) y mal nacido que es capaz de hacer tanto daño a estos y otros pobres seres vivos, en general, deseándoles, ya que nuestra justicia, humana o divina, no depara en ellos, que la vida les destine el mismo dolor que ellos hacen pasar a estos otros, sean perros, gatos, toros, aves, etc...He dicho!
Él ya salió de casa, acompañado por María que, tras regresar sola, con su correa casera en la mano, solo ha acertado a decirme "papá, lo siento" antes de dejar correr una lagrimilla de sus grandes ojos... y yo, corazón. Y yo!
Yastá, lo conté :-[
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