Con tanto Amor en los labios

De tanto hablar de amor, de querer sentirlo sin saber reconocerlo, a pesar de tanta tinta vertida en su nombre y tantas conjugaciones imposibles solo justificadas por el extraño comportamiento, casi posesión, de quien lo padece o es sometido por éste. Tras tantos y tan tontos poemas escrito con su nombre o bajo sus efectos. Cuantos tontos afectados han buscado la salida rápida de su propia opereta, incapaces de sacudirse su propia inmadurez, necedad e incompetencia a enfrentarse con la vida sin necesidad de justificar más que su propia idiotez. Desde Bécquer a Neruda no se cuantos necios han buscado entre sus carnes la muestra de tantas heridas y cicatrices en las que regodearse para justificar tanto dolor, tanta pasión, tanta desazón, o peor, llegar incluso a justificar la rítmica imposible componiendo versos o recargando la misma palabra al más puro estilo representativo de la cursilería y empalago más absoluto.


Reto a quien tan seguro esté de sentir ese noble y loco sentimiento para que, si tan seguro esta de sentirlo y siente que seguro podrá compartirlo, escriba, describa o simplemente dibuje –si es que tanto sentimiento ahoga su garganta o el pulso conmovido de tanto amor no se lo impide- eso que el llama amor, eso si, solo haciendo uso de palabras mundanas sin más floritura que la simple, y ya tan escasa, correcta ortografía.


¿Premio?, Acaso no es ya premio sentirlo y ser capaz de expresarlo sin morir en el intento!