Por eso de la imaginación, te decía que ese momento es imposible, sobre todo por que nunca haré lo que a mi no me gustaría me hicieran.Pero puestos a imaginar, suponiendo “tus coñas” e imaginando tu sonrisa, decía que el problema surgiría cuando al acercar mis labios a tu cuello, para besarlo desde el hombro, olí su colonia tras el beso de esa mañana al despediros... y al abrazarte, intentando fundirte a mi cuerpo, note aun su calor, quizás del mismo abrazo de la mañana, antes del desayuno con los niños. Que mientras nos desnudamos el uno al otro y retirar uno a uno los botones de tu blusa, noté como tu piel se erizaba para luego retirarte antes de acariciar con mis labios tu pecho. Que note como cerrabas los ojos mientras besaba tus senos o mientras bajaba con mis labios hasta tu vientre. Al igual que note tu desazón, casi incomodidad, mientras te giraba poniendo tu espada contra mi pecho, al comenzar a besar tu espada hasta la cintura para desajustarte la falda y dejarla caer mientras introducía mis dedos entre tu pies y tu ropa interior bajándolas entre besos y al acariciar tus nalgas hasta los tobillos, casi en una maniobra de distracción.
Ni que decir tiene cuan incomodo me hiciste sentir, a pesar de preguntarte si querías seguir y no recibir mas respuesta que un beso forzado en los labios, abrazándome para acerca mi cuerpo al tuyo, cayendo sobre la que se suponía sería nuestra nube de intimidad, el pequeño oasis durante unas horas o el campo de juegos y retozos, para no ser más que el mismo cadalso de tus caprichos, la prueba de tu locura transitoria o una demostración a ti misma de que si eres capaz de dejarte llevar hasta el final, que no es otro que regresar a tu casa, junto a tu familia rezando para que no sea capaz de notarte nerviosa.
Mientras tanto, solo puede comprobar que no era más que un juego, tu juego, mientras para mi el placer de tu compañía se había transformado en un llegar a todo para nada, sintiendo incluso, buscar tu mano bajo la almohada para entrelazarla a la mía, sentir tu alianza y eso corta... Para colmo, tras gozar como niños y desnudos sobre las sábanas sin pudor ni reparo, note como tus ojos brillaban mientras me dabas la espalda quizás como un reproche por llegar hasta donde llegamos. Por todo cuanto te he contado, en el más puro estilo de mi imaginación calenturienta, por todo esto y cuanto no me atrevo a expresarte -sería demasiado texto para una aventura- es por lo que estoy seguro que nunca, y comienzo a creer en la magia y los milagros, ocurrirá nada parecido...
Bsots desde imaginolandia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario