Womad 2006

O El Mercadillo de las Baratijas, que podría resumirse eso del Womad Festival Canarias 2006. Total que unas instalaciones mínimas, un sonido pésimo una gran masa girando en torno a la nada y, eso si, mucho quiosco de la marca de cerveza oficial recordándonos cuanta sed da eso de la música, sobre todo a esta nueva generación de pimpollos ligeras de cascos y ropajes, tan sedientas de alcohol –quizás para olvidar sus limitaciones, por un par noches aparcadas junto con el buen gusto- y hambrientas de experiencias sociales.

De todas formas merece la pena perderse entre tantas gentes tan distintas y tantos credos o incrédulos aunque solo sea por tomar el pulso a la calle, saber que es eso de la “solidaridad mediática” y oír algo de música que pocas veces oirás en directo. Eso si, después de todo no se trata más que de un gran botellón callejero alegrándome de no tener que ser testigo de los restos abandonados, quizás para facilitar el reciclaje.

Por unos días El Womad une a los pueblos y gentes en torno a unos sones, que de otra forma nunca oiríamos y unas mercaderías a las que si accederíamos en cualquier mercadillo dominguero.

Pero todo no iba a ser perfecto.