Aunque sinceramente no tengo nada que decir, nada positivo o al menos nada gracioso, podría seguir contando las mil y una anécdotas de la convivencia con Pipo, mi compañero de piso y camarada en esta soledad, pero no quisiera ser pesado ni resultar cansino. Podría rebuscar en cualquier caja, cajón o estantería para encontrar cualquier nota o carta de cualquier ayer lejano o no tanto, y reproducirla íntegramente con expresiones como “mi amol”, o amz´s o tantos te quiero de tantos sentimientos ya caducos, por contar algo, pero me he cansado de tanto ir del ahora al ayer y regreso, esbozando una sonrisa mas de pena que de felicidad.
Podría hablarte de todo cuanto espero y deseo hacer realidad, pero como buen andaluz, mantengo esa creencia absurda según la cual, si lo cuentas no se cumple. Así que mejor me guardaré esas ganas de futuro, por si acaso. Incluso te podría contar cualquier batallita de las muchas, que como todos los ciudadanos, libramos al cabo del día entre la ilógica de la administración, lo irracional de algunas situaciones o lo absurdo de algunos momentos. Pero para que incidir mas en tanta locura cotidiana.
Al final no tengo mas historia que simplemente dejar constancia de que sigo en la brecha, a veces dejándome llevar por la corriente, otras nadando en su contra y las más simplemente saboreando el baño sin bracear mas de lo necesario para evitar los mayores obstáculos en el curso de este río de horas, días y experiencias, procurando llegar de un amanecer a otro con el menor número posible de golpes, alguna lección aprendida y más desazón que satisfacción, pero vivo.
Total que no tengo nada que contar, así que nada de nada y mucho de todo. Igual esta tarde, esta noche o, en todo caso, mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario