Vamos que nos vamos!

Ya no se trata de ordenar o limpiar, que también. Ahora estoy, una vez más y ya son demasiadas para una sola vida, recogiendo los restos del naufragio para trasladarme de costa. Que la verdad o quizás siguiendo otra mentira, llegó el momento de decir adiós a estas tierras después de casi demasiados años en el mismo puerto, sin soltar una amarra, atado a la comodidad del escenario según la obra, el guión de otro y arreglos de otras tantas. A partir de ahora, intentaré escribir mis propias líneas sin más prologo que este momento en el que comienzo a replegarme para pertrechar esta hasta ahora mi vida, en el menor número de cajas posible.

Ahora en cristiano. Que me largo de las islas Canarias, no por la tierra o sus gentes, y regreso a mi tierra o cuando menos, a la seguridad de la tierra firme donde por lo menos siempre tendré un horizonte al que poder huir sin necesidad de medios extremos. Llegó el momento de desmontar estanterías, revisar contenidos, desechar desechos y hacer montones según, no se que cosas se vendrán conmigo y el resto de estas mismas cosas, las que pueda las venderé, las que no pueda vender las regalaré y las que no venda o regale pues para el montón del olvido.

Igual después de todo con lo vendido pago el porte hasta mi nuevo caladero, que dicho sea de paso, aún no tengo claro.