A este paso tendré que cambiar el nombre de este mi “blog” y quizás llamarle “desquicios mentales” o “depresiones mentales”, pero sinceramente esta situación está pudiendo conmigo, mis ánimos, mis ganas de luchar y mis ganas de seguir siendo o estando. Pero no te lo tomes a la tremenda, me refiero mas a mi lucha interna que a cualquier otro deseo destructivo. Por una parte no puedo dejar de recordar la mirada perdida de mi madre en mis ojos sin saber exactamente donde miraba o a quien, o porqué mi padre se ha rendido ante si mismo y sus ganas, las de siempre, de luchar por lograr lo imposible, deseando llegue el momento de sentarme junto a ellos y estar así, hasta el final, sea cual fuere.
Sabes, de joven mi madre me hizo jurar que nunca la “encerraría en un centro de mayores o asilo alguno” por temor a acabar como su abuela, sin embargo esta encerrada en “un centro de esos” y ya ni siquiera es capaz de echarme en cara mi incumplimiento de palabra.
Al final del día me siento como mi compañero de piso y camarada en esta nuestra soledad, Pipo, quién cada vez que regresamos de nuestros paseos entra en esta casa dirigiéndose directamente a la habitación de María, mi hija, esperando, supongo, encontrarla y saltarle de alegría incondicional, para tras comprobar el vacío, regresar a mi lado, algo menos contento pero supongo feliz de poder seguir saltando. Al menos aún sentimos alegría, tristeza, desazón, rabia o desaliento, pero sentimos y eso es lo importante. No?
2 comentarios:
Una casa es un lugar donde uno es esperado
No entiendo tu cometario, pero de todas formas una casa es un elemento artificial que sirve de refugio, sin alma, recuerdos o sentir alguno. Creo que te refieres a un hogar y eso yo no lo tengo e igual tu, entre los fríos del norte, por fin lo has encontrado.
Me alegro por ti y te deseo lo mejor, sinceramente.
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