He recibido un correo en el que una “seguidora fiel”, según ella misma, me pregunta sobre una de mis letrerías, concretando en la que hacía referencia a mi “solución final” con respecto a mi hija, la lamentable situación económica, mi también lamentable relación con su madre (que ha estado dos años sin ingresar un euro por los gastos de nuestra hija) y la decisión que creía debía tomar para evitar la banca rota total y que mi hija padeciese las consecuencias.
Esta amable “seguidora fiel”, con todo el sarcasmo que ha sido capaz de plasmar en su mensaje, además, critica mi actitud comparándola con otras tantas mujeres que “pasan por lo mismo sin que en ningún momento piensen, “ni se les ocurre –dice concretamente- pensar en dejar a sus hijos en manos de su padre, simplemente apechugan y “tiran palante”. Este es uno de los más afortunados comentarios u observaciones que esta “seguidora fiel” me hace en su mensaje, para acabar “retándome” a dar respuesta a su correo por este mismo medio, cosa que haré a continuación.
Mi querida “seguidora fiel”, debo, en primer lugar, agradecer “tu fidelidad” a estas mis humildes letrerías que en ningún caso pretenden ser mas que el saco de la basura acumulada tras una jornada, contar casos y cosas mías y sobre todo, servir a este humilde “juntaletras” para desahogarse, tipo “pitorro de olla expres”. Vamos que tampoco intento que este blog y su contenido sirva de mas. Dicho esto y ciñéndome al caso que nos ocupa, te diré que si, al final mi hija se ha visto “invitada” a regresar con su madre, entre otras razones por la que había ya comentado sobre la penuria económica y, a pesar de realizar algún que otro trabajo nocturno, vender algunos “enseres” personales y hacer virguerías, incluso mentirle sobre las razones por las que no hacíamos la compra del mes o porqué tantos días nos alimentábamos de mi “sopa para torpes”.
Para finalizar, que no, no me siento orgulloso y esta solución, a pesar de disfrazarla, era la única que se me ocurrió antes de que mi hija sufriera en sus carnes mi incapacidad, incompetencia y falta de imaginación para salir del fondo de este pozo y si, es cierto, no he podido disputar esquinas con algunas “trabajadoras callejeras” por las formas de sus “protectores” y el poco espacio disponible. De cuanto siento y padezco en esta nueva situación, poco te importa o nada te quiero comentar. Sinceramente, con el corazón en la mano, deseo que nunca jamás te veas en situación parecida y aprovecho para que, en el caso de llegar a “sufrirlo”, cuentes conmigo, por favor, antes de tener que llegar a donde yo he llegado o hacer lo que yo no he tenido mas remedio que hacer y a mi dirección de correo electrónico, clp356@gmail.com, te puedes remitir. Te juro por mi vida que te respondería con mis datos personales para contactar y ayudarte como me sea posible.
Una vez más, gracias por preocuparte y por “tu fidelidad” a estas letrerías.
No hay comentarios:
Publicar un comentario