Todo por D. Dinero

A estas alturas, D. Pipo y yo terminaremos debajo de un puente. Y no te rías, que a estas alturas, así me veo, aunque al menos espero que, a pesar de no ser norteafricano, africano o de América del sur, poder llegar a mi pueblo y tener algún derecho, aunque sea simplemente a la beneficencia pública, ya que ni merezco la atención de la agencia, creada por la Junta de Andalucía, “Andalucía Acoge” ni de la Agencia Pública de Alquiler, muda desde mi registro y solicitud de información.

Además de los precios abusivos por 30 metros cuadrados, el descaro de alquilar por “temporadas” llegando a triplicar los precios por “El Campeonato de Motos”, Ferias, otras Fiestas de guardar o simplemente “obligarte” a abandonar el inmueble en junio hasta agosto, (supongo que por explotar la temporada de playas y al tonto de turno dispuesto a pagar), además, decía, tengo que soportar que te nieguen la posibilidad de alquilar una vivienda digna por llevar a un perro, unos por sus experiencias y otros como excusa, desconfianza o quien sabe que retorcido interés.

De cualquiera de las maneras, me niego y repito, me niego a desprenderme de un animal que no tiene culpa de la mezquindad de estas gentes, sin generalizar, soterrados en el poder del dinero. Y eso que no me niego a pagar y mi lógica disposición a asumir las responsabilidades como inquilino y compañero de D. Pipo. Pena, Penita, Pena ¿Tanto ha cambiado mi pueblo?