Cada loco con su tema...

Y es que a veces creo que lo hace para llamar mi atención además, quizás, por aburrimiento. Me explico –mientras aún me estoy partiendo de risa- por aquello de no liarla más.

Se trata de D. Pipo, ya sabes, el perro que reside conmigo. Estos últimos días se comportaba de forma un tanto extraña, llegando a pensar que quizás los mismos aires que a mi me han devuelto la alegría por todo, a el le habían sentado como una patada en... digamos donde reside el sexo de los hombres. De tal forma que, llega hasta la sala, se queda unos segundos quieto y de repente sale corriendo, estilo dibujo animado –casi arrancando sin moverse del sitio, “derrapando”- para salir de nuevo a la terraza entre estruendo de carrera, pezuñazos e incluso algún que otro golpe en la salida.

Esta escena se había repetido en demasiadas ocasiones como para obviar el caso, así que decidí seguirle en su próxima carrera y enterarme, de una vez por todas, que motivaba tanta prisa. Seguro que ahora dejo esta historia y ni te queda a medias, sin imaginar que podría motivar tantas prisas. Jajajajajajaja!

Al parecer los pájaros del vecindario, gorriones, le están “robando” la comida directamente del plato –concretamente el maíz laminado- llegando a posarse en los bordes de su comedero mientras rebuscan entre el grano, momento que D. Pipo aprovecha para intentar cogerlos, darles un susto o, que no lo creo, cazarlos aprovechando algún despistes de estos gorriones. Ni que decir tiene que no se acerca a ellos de ni coña y, en todo caso, rememorando aquellos dibujos animados “de ayer y hoy”, igual estos mismos gorriones, ya tranquilos posados en su rama mientras hacen la digestión, comentarían “que coñazo de bicho y to, pa na”.

Ahora entiendo que o quién “desparramaba” el contenido del comedero de “mi compi”... Joder y yo pensando que lo hacia el mismo y, seguro, por “joder la pavana”. Lo bueno es que D. Pipo ya tiene “amiguitos”... Jajajajajaja!... Que cosas tu...