Que si, que nos ponemos cabezotas y nos negamos a asumir que esto de vivir no es tan complicado, perdiendo demasiado tiempo mirándonos el ombligo mientras nos dedicamos unas lastimeras sintonías que nos abstraigan a nuestro dolor, frustraciones e incluso, lástima. Por cierto, con lo incomodo de sentir caer lágrimas en el agujerito del ombligo.
Una y otra vez maldecimos nuestra estampa por el exceso o defecto de suerte sin tan siquiera ser conscientes de cuanta suerte tenemos por, simplemente, esto de vivir la vida que nos ha tocado vivir y saberla vivir a tope, sin rebuscar de tarde en tarde entre penas propias o ajenas, por mucho placer que pueda llegar a provocarnos. No está mal acordarse del otro, aunque sea de tarde en tarde, e incluso, dedicar una oración por esos otros que quizás si lo pasan mal de verdad, por las razones que sean, pero sin olvidarnos que lo mejor siempre está por llegar con cada nuevo día lleno de nuevas luces que iluminaran muchas más nuevas oportunidades y experiencias.
Así que ya sabes, patras, ni para coger impulso, mirada al frente, cabeza alta y paso firme... Lo mejor está, seguro, por llegar... Te lo garantiza mi ombligo, ya seco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario