Y es cierto, cuando ella llegó aquí desde Gran Canaria, sabía que su llegada tenía una fecha de regreso “a casa” e igualmente sabía ya entonces cuanto me costaría dejarla marchar de nuevo. Pero a estas alturas, después de casi dos meses y muchos momentos buenos, no tan buenos e incluso alguno malo, ahora, llegado el momento de su marcha, cuanto daría por no tener que regresar a esta casa y entre otras, tener que sufrir a solas las idas y venidas de D. Pipo buscando a su ama, lloriqueando desconsoladamente y regresando a buscar una y otra vez por los mismos espacios donde antes se encontraba con ella, donde tropezaba con sus juegos. Es un momento, francamente amargo.
Prefiero no pensar en mis propias idas y venidas de su habitación a la sala, de esos ahora a esos otros momentos en los que sabes lo que estaría haciendo o a punto de hacer, sus gestos sentada en ese rincón junto al ordenador o cerrar los ojos hasta que duelan, intentando volver a oír su voz, intentando retenerla a tu lado para siempre y temiendo abrirlos para tropezar con el vació mas absoluto y, encima, tener que consolar a mi estimado compañero D. Pipo ante la ausencia de ella.
Siempre queda la esperanza del regreso en las próximas vacaciones, de la llamada diaria o casi, de los mensajes con sus chistes malos o simplemente saber que está bien, que está en casa, sana y salva. Siempre queda la alegría de haber disfrutado estos muchos días, estos muchos momentos y saber que ella, mi hija, María, nunca dejará de estar conmigo, de estar a mi lado... Total en nada y menos, ya es Navidad!!
1 comentario:
ANIMATE, TODOS SABEMOS QUE OS QUEREIS Y OS NECESITAIS. ELLA VOLVERA EN UN ABRIR Y CERRAR DE OJOS Y MIENTRAS TANTO, SIEMPRE ESTARÁ INTERNET, EL TELEFONO... Y EL CARIÑO ENTRE AMBOS. SI... ME CUIDO Y LA CUIDO. UN BESITO. CUIDATE
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