Que estando D. Pipo y yo mismo, -a partir de ahora “er menda”-,
encerrados en la casa, decidimos pasear por tomar el fresquito,
renovar las membranas y vaciar cuanto en estos paseos se vacía,
-que digo D. Pipo que no “er menda”-.
Así tomamos camino caminando de paseo entre tirones, paradas,
carreras y desvaríos –y digo los míos, no de D. Pipo-.
Que este mi compañero, canino, sano y entrañable, cuando es que sale,
sale y saca “ar menda” para que salga.
Y en este paseo andábamos cuando paró su paseo para oler cuantos olores podía;
lo cierto es que paró y en esa misma parada, quizás por tantos aromas, aportó su “cagada”.
Ahora imagina la estampa, correa en mano, tirando, D. Pipo que tira y tira y que me acaba tirando,
con tal mala fortuna o puntería certera, que acabo sentado de plano sobre su “mierda” -con perdón-
pero mierda, olorosa y fresca. Patas arriba, risa floja por el caso e intentado frenarlo en su tira que tira y jala,
como si jalase el diablo.
A todo esto y esta estampa, yo por suelos, riendo que casi me ahogo, el muy D. Pipo,
pedazo perro, se gira y sin corte alguno, me mira, y yo presumo que puestos a tanto oler,
de tantos olores en este paseo, que mejor que olisquear “mi asiento” sin evitar el deseo.
Así dejó de tirar, se giró y sin corte alguno, metió su hocico sin pudor donde aún sentado estaba,
sin fuerzas pa levantarme, ni espantarlo ni na de nada. Menos mal que un buen vecino,
amable y asustado, quizás por la estampa, se acercó ofreciendo su mano, tirando de mi hasta sacarme “del caso”,
al final riendo mas que yo, tras conocer la aventura.
Ya en casa, de regreso con D. Pipo, tengo un pantalón que lavar, una ducha pendiente y
un buen rato entre risas para no olvidar mientras viva, por no decir del nuevo amigo, vecino
y salvador testigo de mis andanzas... Como pasó ha pasado y así, con mas o menos gracia,
así te lo he contado...Mas o menos!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario