Sorpresa...

Esta bien, es cierto... Me había olvidado... Joder, como te pones por una tontería...! Es cierto que hace algunas “letrerías” comentaba algo de un secreto no desvelable hasta el 20 de diciembre, fecha de llegada de mi hija María, y a pesar de haber superado esa fecha, no había comentado nada sobre este tema.

Lo cierto es que desde el día uno de noviembre, gracias a las gestiones de una buena mujer –como lea esto me parte la cara- me traslade por fin de residencia, domicilio y municipio, desde Rota a El Puerto de Santa María, mi Puerto de partida hace 28 años y, ya por fin, Puerto de cobijo... No sin alguna peripecia y mucha pena, por razones que prefiero no recordar.

¿Porqué de tanto secreto?... María, mi hija, no sabía nada de esta nueva mudanza y pretendía darle una sorpresa... Que por cierto, su cara era un poema al llegar a este, nuestro nuevo hogar, ahora si, “Hogar, Dulce Hogar”. Mereció la pena a pesar de las explicaciones por tanta “mentira y disimulo”, por aquello de mantener la sorpresa, al final, mas de un mes.

Así que ya sabes, si quieres venir por este pueblo, mi Puerto, aquí me tendrás para servirte de guía o cicerone, “que hay mucho que ver, mucho que visitar y mucho mas que degustar, aquí, en esta orillita del mar”. -Y sin haberlo preparado, me ha salido un pareado-...Ake no era patanto?