No pretendo infringir castigo alguno ni pasar por masoquista, pero por intentar ralentizar, un poquito, el paso de los días, a partir de ahora mismo me he propuesto iniciar mi particular "cuantas atrás" hasta el final del popularmente denominado "Paro" -o dicho de otra forma, el final de mis prestaciones por desempleo- y el inicio de otra fase, la peor, de esta pesadilla. Iré contándote el paso de los días, las sensaciones que me ponen el "pelo de punta" y los miedos como padre, inquilino y persona, ante esta nueva situación. Resumiendo todo esto con un título claro "Pánico".
Quedan 82 días:
"Hoy es un día frío de narices o quizás esta sensación se recrudece entre estas cuatro paredes sin calefacción alguna -al menos hasta que regrese María del Instituto- por intentar ahorrar el máximo, sin saber ya de donde puñetas puedo ahorrar, mientras preparo mi retorno a la calle para seguir repartiendo "mi hoja de servicios" -mi curriculum- donde creo puede interesar un currante como el menda. Esto del paro, después de tantos años sin esta espada sobre el cuello, me está resultando una pesadilla, una "vivencia" de las que no deseo ni al peor de mis enemigos, entre pesadillas, bruscos despertares en la madrugada, desazón y una amarga sensación de fracaso, por no describir el miedo por perder lo poco que tengo o, mejor dicho, lo poco que me queda, incluida mi hija.
Así que para quitarme estos pesares tan pesados que casi no me dejan respirar, finalizado el último curso, recorridos tantos kilómetros, conocidas tantas buenas gentes y con tan buenas, y no tan buenas, experiencias, me he propuesto retomar mi diario paseo por mi Puerto, este que espero resulte mi último puerto, donde poder quemar la nave, en busca del trabajo perdido. Me consta que somos muchos los que diariamente iniciamos este periplo de penas y los que aún mantenemos la esperanza de no tener que abandonar nuestra tierra para arañar unos euros por un trabajo digno y, puede, que estos mismos, los que regresamos a casa agachando la cabeza con vergüenza y las manos vacías. Los que ya no se cuantos seremos los que seguimos saliendo gracias a la fuerza que nos imprime nuestros hijos, nuestra pareja y la alegría por, cuando menos, disfrutar las pequeñas cosas.
Pues en estas me encuentro y apunto de salir de casa, con "La Puchera" maltrecha, seguro hoy será un gran día en el que seguro aprendo alguna cosa nueva de mis gentes, de mi pueblo, de mi hija y de mi mismo. Dicho lo dicho, aquí te dejo con mis primeras reflexiones de un parado". -Por cierto, ¿Que Santo o Virgen es el protector/a de l@s Parad@s?- Igual nos queda elegirlo!
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