El apagón que paralizó la península ibérica plantea serias preguntas sobre la resiliencia de nuestra infraestructura energética y la gestión de crisis. Más allá de las teorías sobre fallos técnicos, es crucial analizar el papel de las principales empresas del sector.
¿Recae parte de la responsabilidad en ENDESA y Red Eléctrica por la falta de inversión en mantenimiento y modernización de la red? La magnitud del corte sugiere una vulnerabilidad sistémica que podría haber sido mitigada con una mejor preparación. Es necesario investigar si se cumplieron los protocolos de seguridad y si existió una supervisión adecuada.
La tardanza del gobierno central en ofrecer explicaciones es inaceptable. La falta de información oficial generó incertidumbre y desconfianza. En una crisis de esta envergadura, la ciudadanía exige respuestas rápidas y transparentes.
Las consecuencias del apagón van más allá de los cortes de luz. Los daños económicos, los problemas de transporte y la disrupción de los servicios esenciales evidencian la fragilidad de nuestro sistema, la inoperancia de los responsables, dormidos entre laureles, nominas y exigencias económicas y laborales y la absoluta comodidad de unas empresas de suministros en manos de caciques mas preocupados de sus beneficios. Además, el incidente plantea dudas sobre la transición energética y la capacidad de gestionar la creciente complejidad de la red.
Es inaceptable que el responsable de la empresa que nos cobra media vida en cada recibo de su electricidad, no sea capaz de dar razones ni causas de lo ocurrido y, el muy necio, se esconda tras la manida escusa del exceso de demanda de los hogares. Se notó que escurría el bulto, que se burlaba insultando la inteligencia de los españoles, con el uso del argumentario típico, guardado en el primer cajón de la derecha, donde "los otros vicios", los preservativos y las tarjetas de crédito
Es fundamental que se esclarezcan las responsabilidades y se tomen medidas para evitar que se repita esta situación. Se requiere una mayor inversión en la red, una mejor coordinación entre las empresas y el gobierno, y una comunicación más eficaz con la ciudadanía.
El apagón ibérico debe servir como lección para fortalecer nuestro sistema energético y garantizar un suministro seguro y fiable, como respuesta a una ciudadanía que paga céntimo a céntimo, cuanto se le roba desde ENDESA, IBERDREOLA y PSOE, perdón, desde el Régimen
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