Cachos de papel 3 | ParidasMentales Cachos de papel 3: ParidasMentales ParidasMentales: Cachos de papel 3

7.12.06

Cachos de papel 3

Por mi manía de no poner fechas ni referencias en los papelotes que algún día escribí, ahora no se cuando o a quien iba dirigida esta carta, que “colgaré” en dos partes pero siendo fiel al contenido, solo lamento no poderle poner nombre ni dirección de destino. Lo que si se es el tiempo que lleva olvidada entre las páginas de un libro de los años mozos.

Que hice para merecer tu castigo, para ser el objeto de tanto daño. Que te hice para que seas capaz de hacerme pasar por este infierno en la tierra. Por esta vida sin vida, por estos días de pesadillas sin fin y de tanto dolor. Que pude hacer para provocar esta venganza por tu parte y señalases cada uno de los latidos de mi corazón como la mayor demostración de esa misma venganza.

No entiendo porqué, como o cuando decidiste arrancar de mi vida la cordura, la alegría, la ilusión, la paz. No entiendo porque tanto amor se ha transformado en tanto dolor por no poder disfrutar del mismo amor que prometías. No lo entiendo y no logro entender y no consigo descansar intentando entender lo que quizás ni tu misma puedas llegar a explicar, justificándolo simplemente como un capricho, un juego, al que tu llamas destino.

Como puedes dejar de amar ese amor que no hace mucho era para siempre, que alegraba tus días e iluminaba tus noches. Como has logrado dejar de soñar con un futuro junto al que decías el hombre de tu vida. Como has podido olvidar tanta promesa de amor eterno, de futuro de dicha, de mañanas felices. Como has podido arrancar de tu vientre el sueño de nuestros hijos. Como has olvidado tanto y tanto de lo que teníamos que vivir hasta que la misma muerte me arrancase de la vida junto a ti. Como has roto con tanto pasado en tan poco tiempo para ser capaz de obligarme a vivir en esta desesperación.

Ahora no se que puedo hacer con tanta vida pendiente de vivir sin ganas ni fuerzas para ser capaz de vivirla. Me has arrancado el alma, has pisoteado mi amor por ti y sin mas te has dado la vuelta para afrontar otro futuro sin ni siquiera ser capaz de asumir tu culpa o darme una explicación de esta locura, de esta muerte en vida a la que me has condenado. Tu, niña caprichosa, buscadora incansable de “un hombre que se pirre por el sexo y no pierda las tardes de los viernes en borracheras absurdas, que te mime, que te quiera con locura, que solo piense en ti, que no respire más que tu aire”. Quisiera hacerte el regalo de la experiencia que dan los años, con la esperanza de que al menos puedas aprender lo que a muchos nos ha costado media vida...

Me encantaría recordar a quien dirigía esta que solo es la mitad de un todo tan lejano.

No hay comentarios: