...El amor, no se mide por uno mismo. No se ama a una persona “hecha” de los propios deseos y caprichos, reeducada o amaestrada a tu semblanza. El amor se vive día a día, con sus noches, con sus luces y sombras. Con sus alegrías y penas, con cada risa y aprendiendo de cada lágrima. Se disfruta con la esperanza en un mañana mejor junto a la persona amada y la seguridad de que juntos todo es posible. El amor no se siente y se deja de sentir, no “es un camino que aparece y desaparece ni se deja de amar de tanto caminarlo”. El amor permanece incluso después de la muerte del ser amado y siempre queda la esperanza del reencuentro en el más allá o en otra vida en la que seguro se volverán a encontrar de la mano de ese mismo amor. Siguiendo los impulsos del corazón, sin necesidad de buscarse.
Sin embargo tu, en tu inteligente juego de parejas a la carta, con tus exigencias y moldes, encorsetas todo lo natural, siguiendo un guión escrito de tu puño y letra borrosa que, con los años dejarás de entender perdida en la soledad de tu propia obra y ya sin otra protagonista que esa misma soledad. Seguirás buscando y probando, lanzando promesas de amor eterno, sueños de mañanas celestes y pintando rosas sobre margaritas, sin apreciar la belleza y simpleza de la vida y despreciando todas esas vidas abandonándolas al borde de tu camino, siempre en busca de ese hombre a tu capricho y semejanza.
Solo te deseo que vivas muchos años y que con cada uno de ellos te vayas dando cuenta de lo corta que esta vida. Te deseo toda la felicidad que estoy seguro nunca llegarás a alcanzar por tu continua busca del amor perfecto, según tu criterio, sin tener la oportunidad de descubrirlo cuando lo has tenido cerca. Y no te engañes, mis sinceros deseos no los anima el odio o el ansia de venganza por todo cuanto me has hecho y estas haciendo sufrir, muy al contrario. Pero soy consciente de que por mucho que vieras tu propio futuro siempre harías lo imposible para cambiarlo, en pos de ese algo mejor que ni siquiera eres capaz de reconocer, en lugar de sentirte feliz y vivir esa misma vida, según, tanto decías, tu destino.
Siempre te quise, te quiero y siempre te querré
No se porqué pero esto último me suena. Tengo que cambiar mi repertorio con esto de los tiempos...
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