Cosas de la edad?

Ayer tuve “la suerte” de conocer a un espécimen, espero no representativo, de las nuevas generaciones del sexo femenino, que dicho sea de paso, vaya “peaso de hembra”. Vamos para dedicarla a la cría de modelos y, si es posible, hacer uso de las nuevas tecnologías para mejorar sus conexiones cerebrales, porque sinceramente, ayer conocí ese típico tópico de descerebrada maciza y preciosa cuyo único objetivo en la vida es acabar como “mujer llavero”, siempre colgada de algún bolsillo.

Pero lo peor, hasta llegar a lo mejor, fue tener que soportar su incansable parloteo sin ton ni son o posibilidad alguna de lograr cerrarle la boca, hablando sin parar de tantas y tan variadas tonterías (así calificadas por ella misma) llegando a un extremo que casi “abandono la cacería” de aquella tan singular especie, Dios quiera en vías de extinción. Pero la carne es la carne y aquellas “gemelas” tiraban mucho más que dos carretas cargadas de incluso de piedras, las carretas digo. De todas formas, merecía el sacrificio e incluso el dolor de cabeza con tal de lograr aliviar otros dolores físicos e, incluso, del mismo alma, al recordarme con su continuo charloteo a otra niña que antaño conocí, aunque solo me la recordara en la ágil verborrea. (Esta al menos tenia cuello, altura y se podían adivinar sus formas desde los hombros hasta los tobillos.

Cuando por fin se hubo calmado, que por mi naturaleza caballeresca omitiré detalles, surgió su lado más femenino y cautivador haciéndome olvidar el dolor de cabeza o mis instintos asesinos, haciéndome sentir culpable incluso por estos sentimientos tan destructivos hacia aquel ser casi celestial. Pero lo bueno se acaba y esta no iba a ser una excepción, comenzando de nuevo con su verborrea e incluyendo en su repertorio algunas preguntas sobre mi morada y algunos “útiles femeninos” por aquí abandonados que no me atreví a responder por no darle más en que pensar. No quería abusar de sus neuronas que por pocas que fueran seguro necesitaría para cualquier otra ocasión, como ir de compras, los regalos de navidad, el próximo color del esmalte de uñas o investigar sobre la veracidad de los Reyes Magos, que según llegó a aseverar, “lo le parecía una historia demasiado inverosímible” (Sin comentarios)

De todas formas me quedo con lo mejor de ella y su tanga. Que mas se puede pedir...