Monologos

O acaso la necesidad de comunicarme con algún ser vivo, me entienda o no (o como en este caso, me oiga o mas bien no, que Pipo es sordo) me ha llevado a comprender, después de más de una hora de discurso, que cuando mi perro se tumba, bosteza y con su pata se tapa los ojos, no es que esté deprimido o padezca síndrome alguno. Mas bien se trata de su forma de protesta ante el cansancio por mis gestos, al principio para el juego y luego hartazgo, cuando además no ha logrado chuchería alguna ni paseo extra o beneficio alguno.

Para confirmar mi sospecha de su cansancio, el muy sincero animalito se ha levantado de donde sufría el suplicio y se ha metido en la caseta, a la sazón tabla de salvación, mientras lanzaba algo parecido a un gruñido agitando la cabeza. Blanco, liquido y en botella, leche. No?