Que levante la mano todo el que alguna vez en su vida a tenido que desmontar una vida para meterlas en cuatro cochinas maletas, bolsas y cajas y mandárselas a mudar. Y aunque no dejo de reconocer la ilusión por comenzar otra etapa tampoco dejo de sentirme algo acojonado ante tanto cambio y a mi edad, “coño que ya no soy un niño” me digo mientras comienzo a revisar los montones de ropas que ya comencé a desmontar, por aquello de separar los que llevo de lo que dejo.
Luego yo mismo me rebato “cierto, ahora eres algo más mayor que hace unos años, tienes más experiencia y sabes hacer mejor las maletas”. Pobre argumento, pero cierto. Y es que en estos casi cuarenta y seis años, ya he adquirido la suficiente experiencia en esto de los “ahora de aquí para allí” y del “tingo al tango” como para asegurar que al menos las maletas irán bien pertrechadas, ajustadas y cerradas, conteniendo lo justo de peso, convenientemente etiquetada y debidamente cerrada y asegurada. Una vez en destino, será más divertido contar los días, semanas e incluso meses que tardo de desmontar los bultos.
Pero ahora mismo, lo importante es haber comenzado la retirada aun sin pensar demasiado en todo cuanto esto implica y sin vislumbrar aún el día definitivo de tantos adioses después de tantos años, casi media vida... Joder, que se dice pronto!!
1 comentario:
Estimado Juan, este sin duda es el post que más me ha apenado leer. Algunos de los que hemos compartido contigo una pequeña parte de tus pasos te vamos a echar mucho de menos, justo cuando todavía estaba comenzando a disfrutar el placer de compartir tus pensamientos, casi de manera diaria, no tanto por la sede, sino por el ciberespacio. Un abrazo. Alex.
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