Esta noche no he dormido demasiado. Cada minuto marcado por el reloj a golpeado mi sien como una gota de agua, hasta empaparme de tiempo sin descansar, de horas sin tino dando vueltas sobre el colchón de mi martirio.
No he descansado demasiado y solo se me ocurrió volver a la canción para intentar retornar a ti, buscarte en mi vigilia, perderme en tus brazos y rogarte un abrazo que apaciguase este alma que ahora no entiendo con tanta zozobra y dolor rebuscado, que ya no era mío, olvidado en esos mismas días de tanta luz y, sin embargo para mi, tanta oscuridad, de tanto dolor.
Así sin descansar, perdido de nuevo gracias a esa canción, me ha descubierto la luz a través de la ventana con los primeros sonidos del nuevo día. La vida vuelve tras este corto letargo y yo seguía perdido en los sones de esa música ahora no recuerdo donde, peleando por agarrar el sueño, por cerrar los ojos y descansar.
Ahora, mientras escribo estas letras intentando seguirlas mientras brotan sobre el blanco de la pantalla, aún no estoy seguro de estar dormido, seguir en mi vigilia o acaso ya perdido en el este nuevo mundo llevado de las notas de esta cantinela que aún se me antoja dulce, melodiosa, casi mágica. Cuando regrese y retome la normalidad marcada por el minutero del reloj, podré comprobar la realidad de esta locura y contarte cuanto se me ocurra, de nuevo.
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