Y sigo con esto de los cambios, por cambiar algo y, aunque reconozco que el tipo florero no me favorece y el “piar del pajarraco” este resulta un tanto más “coñazo” que el tronar de mis paridas, no dejo de asombrarme de las cosas que se pueden hacer con un poco de ganas, algo de imaginación y, eso si, mucho “Googleteo” para buscar todo lo necesario. Vamos que cada cambio viene a ser casi tan complejo como el de piel de la serpiente aunque los restos del último disfraz no tengo claro donde puñetas se quedan.
Ya sabes, para quitar el coñazo del pió, pió de fondo, lo mejor es que bajes el volumen del sonido de tu equipo porque aún no he llegado a saber como poner los mandos de sonido en el blog. “Sorry” y seguro pronto lo lograré... Por cierto, como anécdota te contaré que, mientras preparaba y me probaba en casa este último disfraz de “primavera girasolada” –jajajajajaja- con el volumen a toda pastilla, quizás llamado por el canto del pajarraco este, se coló por la terraza un colega del bicho que, tras darme un susto que ni te cuento, salió por el mismo sitio tras una fugaz vista a la estancia... El hijo de su pajarraca madre, casi me mata del susto. El precio de la novedad, no?
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