...con tiempo

Es curioso lo que aprendemos con el paso inexorable de nuestro principal enemigo y aliado con su continuo paso marcando el paso de nuestros días, el tiempo, las horas, días, semanas, meses y años... A partir de aquí se me ha ocurrido leer un mensaje recién recibido. En este mensaje, maldito mensaje, me comunican que una persona muy querida y respetada por mi y por otros tanto compañeros, ya antiguos compañeros, está ingresada en el Hª Universitario Doctor Negrín de Las Palmas de Gran Canaria, al parecer recién diagnosticada una afección muy de nuestros tiempos.

He olvidado cuanta letrería quería plasmar en este lienzo intangible, casi frío de no ser por el alma que vuelco en él desde cada una de mis paridas. He sentido un gran dolor que me ha partido en dos, esforzándome por no gritar de rabia, y por una vez en todos estos meses, hacerme lamentar el no estar allí, cerca de ella, ofrecerle una mano amiga, dar un abrazo sincero a su compañero, amigo, esposo y saludarla desde el quicio de la puerta, mostrándole solo mis ojos como en muchas otras ocasiones hacía para evitar el temporal e intentar hacerla reír.

Estoy seguro de su fuerza, estoy seguro de sus ganas de seguir enseñándonos, dirigiéndonos desde su perfección casi perfecta y espero poderla recriminar en persona, tras un fuerte abrazo, por este susto tras su escrupulosa y serena discreción. “Mi estimada Srta. Rotenmeller” -y me da igual si no se escribe así- recuerda que hace un año por estas fechas eras tu quien pateaba mi culo para salir del agujero donde, desde la casualidad, me encontraba... Estoy seguro de poderte saludar personalmente muy pronto y decirte a viva voz, desde mi para ti, Gracias... te queremos... Y por favor, no nos pegues estos sustos!!