...a cordones

Hoy, después de casi un mes de clases teóricas, por fin hemos pasado al taller, poniendo en práctica todo cuanto hemos aprendido llevados de la mano de D. Pedro Bernal, Profesor y Buena Gente donde los haya, con su saber enseñar, paciencia y profesionalidad.

Como prueba de esa transmisión y tras algunas horas de “soldeo”, esta misma mañana, he “quemado mis primeros electrodos” sobre una chapa chatarrera, lanzando cordones de mil pares de narices. Lo cierto es que me sentí casi como un niño ante la noche de Reyes, ilusionado, satisfecho... y porqué no decirlo, orgulloso de mi mismo. Después de todo, no todos los días tienes tamañas herramientas entre las manos –y no pienses mal-.

Ahora solo restan casi seis meses para seguir aprendiendo cuanto nos enseñen, empaparme de experiencias y saber, para aprovechar esta nueva oportunidad por la que me siento francamente afortunado. Ya colgaré alguna foto de estos, “mis primeros soldeos”... Incluso el frío que paso a bordo de “la puchera” todas las mañanas, desde El Puerto de Santa María a Cádiz, -hasta el sol asoma temblando- después de esta jornada, me parece poca cosa. -Y te prometo que a las siete de la mañana, por estos lares, hace musho frío-.