Se acabaron las vacaciones y con ellas los pocos días que he pasado con María, mi hija, -aunque es cierto que siempre me parece poco- el reencuentro con la Semana Santa, el disponer del tiempo sin necesidad de mirar relojes, sin prisas y cuantas pausas puedan surgir. Además de disfrutar trocitos de cielo de su mano, cogidos a la cintura, perdido en sus mirada, mirado desde sus ojos, recordando y aprendiendo con sus palabras, riendo sus risas o besando sus labios...Perdón, te decía de esos otros momentos con María José!
Mañana mismo, S.D.Q., regresaré a las clases de soldeo con las mismas ganas que las dejé, deseando aprender cuanto mas mejor y acabar este periodo para sumarme a la bendita maldición del trabajo. Solo espero que “La Puchera” aguante unas semanas más sin perder la otra rueda, que el clima me permita disfrutar de mis idas y venidas y, porqué no decirlo, poder contar en suspiros los días, semanas o meses que restan hasta el regreso de María, mi hija.
Por lo demás y como breve pincelada de la agenda local, te comentaré que el próximo fin de semana se celebrará, “en un pueblo cercano a este”, no se que carrera de motos y es costumbre que cuantos acuden a este evento ¿deportivo? se desfoguen por nuestras calles, haciendo gala –por regla general- de todos cuantos defectos, vicios y malos modos se atribuyen a moteros y todo cuanto les rodea. Como contraste, los empresarios locales se quejaran con la boca pequeña conscientes “del negocio” que estas “visitas de temporada” les supone, mientras los ciudadanos y convecinos no podremos mas que esperar lo mejor de estos visitantes o, en el peor de los casos, el saber hacer de las fuerzas de seguridad y policía local. Menos mal que al final toman el mismo camino por el que llegaron y...hasta el año próximo, o no!
Con las labores del hogar hechas, las cosas del taller preparadas y la constante duda sobre que cenar, te dejo por hoy...
Pos lo dishoycontao aquí saquedao. Feliz semana!
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